La sensación general de que se habla y escribe “mal” tiene su correlato en los esfuerzos, a veces denodados, de quienes intentan solucionar ese estado de cosas. El periodista Isaías Lafuente lleva diez años haciéndolo en la radio, desde la llamada Unidad de Vigilancia Lingüística de la Cadena SER.
El blanco de sus críticas es el propio medio radiofónico, del que selecciona semanalmente perlas, gazapos y meteduras de pata variadas, que ahora ha reunido (junto con muchas más cosas) en Y el verbo se hizo polvo. El título, por cierto, ya se encarga de responder a la más cauta pregunta del subtítulo: “¿Estamos destrozando nuestra lengua?”.
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